lunes, 8 de agosto de 2016

Angela Añazco Loayza y Jelena Apolo Blacio


Cuando tomamos la decisión de incorporar una mascota a la familia hemos de tener muy claro que no es un animalito de peluche que adornará nuestra habitación.
¿Que es una mascota? Una mascota es un ser vivo que traemos a nuestra casa y al que tendremos la obligación, tomada libremente, de dedicar una parte de nuestro tiempo.
Es un compromiso, un compromiso a largo plazo. La mascota viene a ser un nuevo miembro de la familia. Al incorporarla a nuestra vida estamos aceptando que deberemos prestarlo toda la atención y cuidados que, como un ser vivo que es, va a necesitar.
Y al hablar de cuidados no nos referimos solo a proporcionarle el alimento que necesite. Nuestro animal de compañía tiene unas necesidades y los dueños somos los responsables de que esas necesidades queden absolutamente cubiertas.
Los cuidados que se deben tener  nuestras mascotas son las siguientes:

1.- Esterilízalos

     Con la sobrepoblación de animales que existe en las perreras y refugios, e incluso en las calles, no es necesario ni conveniente hacer que los animales, sean machos o hembras, se sigan reproduciendo. Existen muchos mitos respecto a la esterilización, como que las hembras deban parir al menos una vez antes de ser esterilizadas, y es tremendamente irresponsable dejar a los machos libres cuando pueden preñar a cualquier hembra, de cuyos cachorros jamás llegaremos a saber.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2.- Alimentalos de manera adecuada a su especie 

     Si te preocupas de la alimentación que tú tomas, también has de preocuparte de la alimentación que provees a tu perro o gato. No es necesario comprar los alimentos más caros, pero si tomarse unos minutos para leer los ingredientes. Los perros son omnívoros, los gatos son carnívoros, y ambos deben comer frutas o vegetales y granos enteros, ojalá de una manera fresca. Lo mejor es preguntar al veterinario por el alimento óptimo para la especie, edad y nivel de actividad de tu animal. 

3.- Aprecia lo que te dan

  Cuida a tu animalito ¡porque él cuida de tí también! La adoración incondicional que dan los perros no la encontrarás en ningún otro ser -ni siquiera humano- y el ronrroneo de satisfacción de los gatos cuando se echan sobre tus piernas es una de las relaciones entre especies más maravillosas que existen. ¡Ellos se comunican contigo, y te demuestran su aprecio! Tómate el tiempo para estar con ellos, conocerlos, aprender sus personalidades y disfrutar su compañía. Ser un buen compañero de ellos es mucho más que darles de comer y llevarlos al veterinario.  

4.- Hazlo practicar ejercicio

    Parte de tu responsabilidad como cuidador de un animalito es garantizar ejercicio diario, especialmente si se trata de un perro. A menos que tengas un gran patio o parque para que ellos corran con libertad y gocen de la compañía de otros perros, es imprescindible programar al menos un par de salidas diarias al parque o la plaza, para dar un paseo, correr y relacionarse con otros perros. El estilo de vida activo hace muy bien a los perros y a los humanos... ¡es entretenido salir a correr o trotar por el parque o la playa junto a tu perro!  

5.- Juega con tu gato o perro 

     Si compartes tu vida con un gato, sabes que duerme muchas horas al día (al menos unas 16 horas), pero en sus horas de vigilia también se aburren. Los gatos necesitan juego y estimulación, y es muy fácil crearles juguetes creativos y económicos con cosas de la casa: una bolita de papel de plata, una pluma o un cordón largo, o una pelotita con un cascabel dentro son juguetes ideales para los gatos, y les mantienen activos y entretenidos.

 

6.- Llévalo a sus controles veterinarios

   Sabemos que no es fácil llevar a un animalito al veterinario, pero es importante controlarlos, porque cualquier condición o enfermedad descubierta en una etapa temprana es más fácil de combatir y/o tratar. No temas utilizar masajes ni otros servicios que te parezcan adecuados y no sean dañosos ni lesivos para tu animalito. 

7.- Enseña a los niños a respetar a los animales

    Si piensas tener hijos o viene el primero en camino, o si ya tienes niños propios o cercanos que visiten tu casa, es importante que les enseñes a tratar con respeto a los animales. Tómate tu tiempo para mostrarles cómo tratarlos con gentileza, enseñarles cómo acariciarlos, cómo alimentarlos o cómo cargarlos en brazos. Enséñales que los animales no son plagas ni enemigos, y que son seres vivos que merecen respeto de su individualidad y su espacio.