Cuando tomamos la decisión de incorporar una mascota a la familia
hemos de tener muy claro que no es un animalito de peluche que adornará
nuestra habitación.
¿Que es una mascota? Una mascota es un ser
vivo que traemos a nuestra casa y al que tendremos la obligación, tomada
libremente, de dedicar una parte de nuestro tiempo.
Es un
compromiso, un compromiso a largo plazo. La mascota viene a ser un nuevo
miembro de la familia. Al incorporarla a nuestra vida estamos aceptando
que deberemos prestarlo toda la atención y cuidados que, como un ser
vivo que es, va a necesitar.
Y al hablar de cuidados no nos
referimos solo a proporcionarle el alimento que necesite. Nuestro animal
de compañía tiene unas necesidades y los dueños somos los responsables
de que esas necesidades queden absolutamente cubiertas.
Los cuidados que se deben tener nuestras mascotas son las siguientes:
1.- Esterilízalos
Con la sobrepoblación de animales que existe en las perreras y refugios,
e incluso en las calles, no es necesario ni conveniente hacer que los
animales, sean machos o hembras, se sigan reproduciendo. Existen muchos mitos
respecto a la esterilización, como que las hembras deban parir al menos
una vez antes de ser esterilizadas, y es tremendamente irresponsable
dejar a los machos libres cuando pueden preñar a cualquier hembra, de
cuyos cachorros jamás llegaremos a saber.
2.- Alimentalos de manera adecuada a su especie
Si te preocupas de la alimentación que tú tomas, también has de
preocuparte de la alimentación que provees a tu perro o gato. No es
necesario comprar los alimentos más caros, pero si tomarse unos minutos
para leer los ingredientes. Los perros son omnívoros, los gatos son
carnívoros, y ambos deben comer frutas o vegetales y granos enteros,
ojalá de una manera fresca. Lo mejor es preguntar al veterinario por el
alimento óptimo para la especie, edad y nivel de actividad de tu animal.
3.- Aprecia lo que te dan
Cuida a tu animalito ¡porque él cuida de tí también! La adoración
incondicional que dan los perros no la encontrarás en ningún otro ser
-ni siquiera humano- y el ronrroneo de satisfacción de los gatos cuando
se echan sobre tus piernas es una de las relaciones entre especies más
maravillosas que existen. ¡Ellos se comunican contigo, y te demuestran
su aprecio! Tómate el tiempo para estar con ellos, conocerlos, aprender
sus personalidades y disfrutar su compañía. Ser un buen compañero de
ellos es mucho más que darles de comer y llevarlos al veterinario.
4.- Hazlo practicar ejercicio
Parte de tu responsabilidad como cuidador de un animalito es garantizar
ejercicio diario, especialmente si se trata de un perro. A menos que
tengas un gran patio o parque para que ellos corran con libertad y gocen
de la compañía de otros perros, es imprescindible programar al menos un
par de salidas diarias al parque o la plaza, para dar un paseo, correr y
relacionarse con otros perros. El estilo de vida activo hace muy bien a
los perros y a los humanos... ¡es entretenido salir a correr o trotar
por el parque o la playa junto a tu perro!
5.- Juega con tu gato o perro
Si compartes tu vida con un gato, sabes que duerme muchas horas al día
(al menos unas 16 horas), pero en sus horas de vigilia también se
aburren. Los gatos necesitan juego y estimulación, y es muy fácil
crearles juguetes creativos y económicos con cosas de la casa: una
bolita de papel de plata, una pluma o un cordón largo, o una pelotita
con un cascabel dentro son juguetes ideales para los gatos, y les
mantienen activos y entretenidos.
6.- Llévalo a sus controles veterinarios
Sabemos que no es fácil llevar a un animalito al veterinario, pero es
importante controlarlos, porque cualquier condición o enfermedad
descubierta en una etapa temprana es más fácil de combatir y/o tratar.
No temas utilizar masajes ni otros servicios que te parezcan adecuados y
no sean dañosos ni lesivos para tu animalito.
7.- Enseña a los niños a respetar a los animales
Si piensas tener hijos o viene el primero en camino,
o si ya tienes niños propios o cercanos que visiten tu casa, es
importante que les enseñes a tratar con respeto a los animales. Tómate
tu tiempo para mostrarles cómo tratarlos con gentileza, enseñarles cómo
acariciarlos, cómo alimentarlos o cómo cargarlos en brazos. Enséñales
que los animales no son plagas ni enemigos, y que son seres vivos que
merecen respeto de su individualidad y su espacio.